domingo, 18 de marzo de 2012

CIBERESPACIO

    El ciberespacio o ciberinfinito es una realidad simulada que se encuentra dentro de los ordenadores y redes del mundo. El ciberespacio es un tema recurrente en la ciencia ficción. El término "ciberespacio" fue popularizado por la novela de William Gibson Neuromante, publicada en 1984, pero procede del relato del mismo autor Johnny Mnemonic (1981), incluido en el volumen Quemando Cromo (Burning Chrome,1986).
    El 8 de febrero de 1996, en Davos, Suiza, John Perry Barlow escribió la Declaración de independencia del ciberespacio en la que exhortaba a los gobiernos a no ejercer soberanía sobre el ciberespacio, definido por el mismo como "el nuevo hogar de la Mente".
     Aunque el ciberespacio no debe confundirse con el Internet real, el término se refiere a menudo a los objetos e identidades que existen dentro de la misma red informática, así que se podría decir, metafóricamente, que una página web "se encuentra en el ciberespacio". Según esta interpretación, los acontecimientos que tienen lugar en Internet no están ocurriendo en los países donde los participantes o los servidores se encuentran físicamente, sino "en el ciberespacio". Éste parece un punto de vista razonable una vez que se extiende el uso de servicios distribuidos (como Freenet), y la identidad y localización física de los participantes resulta imposible de determinar debido a la comunicación anonimidad o pseudonimidad. Por ello, no se podrían aplicar las leyes de ningún país determinado
      A principios de los años 80, el escritor William Gibson acuñó el término ciberespacio para describir una red de computadoras ficticia que contenía enormes cantidades de información que podría explotarse con el fin de adquirir riqueza y poder.1 En su ciberespacio, el mundo físico y el mundo digital se confunden hasta el punto que los usuarios humanos perciben experiencias generadas por la computadora que no tienen una existencia real, y seres digitales sensibles que afectan al mundo físico. Aunque las descripciones de Gibson de la realidad simulada por computadora, los seres humanos mejorados cibernéticamente, y las entidades artificialmente inteligentes siguen perteneciendo al reino de la ciencia ficción, éste no es el caso de los conceptos de "explorar" grandes cantidades de datos y "visitar" computadoras remotas. Además, la premisa de que las redes de computadoras contienen información que la gente puede explotar—para bien y para mal—es muy real.

     El ciberespacio se ha convertido así en una metáfora para la sociedad digital hecha posible mediante computadoras y redes de computadoras. Cuando se hace referencia al mismo de forma abstracta, significa la suma total de información disponible electrónicamente, el intercambio de esa información y las comunidades que emergen como consecuencia del uso de esa información. Cuando se usa en referencia a cierta operación militar, significa la información a disposición de una audiencia específica.

       No es necesario que el ciberespacio sea públicamente accesible aunque el público tenga acceso a la implementación predominante del ciberespacio—internet. Las unidades militares pueden operar redes privadas que constituyen sus propias versiones limitadas de ciberespacio. De hecho, pueden existir muchos "ciberespacios" desconectados, sirviendo cada uno a su propiedad comunidad de usuarios.

    Como el ciberespacio trata de información, ésta determina naturalmente la "economía" del ciberespacio particular en el que reside. En otras palabras, podemos decir que la información tiene "valor", que depende de su utilidad inherente como información independiente así como de la forma en que se relaciona con otra información, tanto dentro como fuera del ciberespacio. Los cambios de disponibilidad o utilidad de la información alteran su valor.

       Por ejemplo, el contenido de una página de la red interna puede aumentar su valor si conduce a otra información de mayor o igual valor. De forma similar, puede perder valor si se duplica o se contradice en otro lugar. En ausencia de relaciones con otra información, el valor de la información del ciberespacio generalmente disminuye con el tiempo porque tiene una mayor probabilidad de haberse utilizado.

      No necesitamos restringir la noción del valor a una información objetiva. No hay ninguna garantía referente a la veracidad de la información en el ciberespacio. En consecuencia, la desinformación con intención de disimular el valor de la información legítima tiene valor.

    Es posible que no sepamos explícitamente el valor de cierta información en el ciberespacio. Ciertamente, si tiene una clasificación de seguridad, entendemos el riesgo inherente si se arriesga dicha información. Así pues, asignamos un valor arbitrariamente alto a dicha información. No obstante, no es viable desde el punto de vista de la computación comparar cierta información con las demás combinaciones de información dentro del ciberespacio para determinar su valor. No podemos saber, a priori, cuándo podemos combinar cierta información, clasificada o no, con otra información para formar una inteligencia de mayor valor que las informaciones individuales. Para complicar aún más las cosas, los apartados y el software que "olfatean" redes e interceptan transmisiones de datos, a menudo nos impiden determinar si alguien ha obtenido cierta información de forma ilícita, alterando así sin saberlo su valor. La codificación y otras medidas de seguro de información mitigan dichos casos en gran medida pero no los previenen.

                         

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